lunes, 8 de abril de 2013

Día 50. Almuerzo del paso del ecuador.

¿Qué significa el paso del ecuador?

La mitad. Hemos vivido en Irlanda el mismo tiempo que nos queda por volver.

Así que decidimos celebrarlo por todo lo alto. Venga, botellas de whisky, champán, jamón, gambitas de Huelva. Derroche!!! Bueno, no. Quedamos en hacer un pequeño almuerzo, más austero que comer jamón y gambas en Dublín pero con cierta clase.

En principio, queríamos comenzar el día con una visita a una exposición de Manualidades, pero hubo un fallo técnico (el virus del GPS jajaja) y la fecha era incorrecta. La fecha que nosotros creíamos que sería la exposición. Pero no hay mal que por bien no venga, y volviendo a nuestra amantísima Rotonda, vi algo rojo y con la inscripción 10 €. Nos encontramos diez euracos! Qué suerte la nuestra.

Y no sería la única vez. Lucía superó mi récord personal. Se encontró 20 €. Me vengaré.

Menuda comida rica. Cada uno de los asistentes pidió un plato y eso, amigos nuestros, es un auténtico placer. Acostumbrados a sándiches, bocadillos del Subway y menús de McDonalds, ir a un restaurante y pedir a antojo es algo insólito. Como éramos varias personas, y para facilitar el trabajo de la camarera, decidimos apuntar qué queríamos en un papel. La camarera vino, se lo entregué y le expliqué las dudas. Me preguntó, en broma, si quería trabajar allí. 

Tranquilo, Jose. Al menos rellena la fajita...

... que este relleno parece muy apetitoso, sano y nutritivo.

De derecha a izquierda, Aida, María, Alex, Lucía, Inma y yo con una pose y un brillo bastante peculiares.

Invertimos el dinero en diversión. Alcohol y litros de alcohol, viajes en jet privado a las islas Caimán y a Suiza, a abrirnos una cuenta para ingresar el dinero!

Bueno, no. En realidad, no necesitamos tanto para divertirnos. Nos bastó con que Lucía invirtiera su dinero en dos juegos de mesa, el Cluedo y el Jenga, y yo en la ronda de cafés en una cafetería muy exclusiva del barrio: McDonald's

Muñeco, no hagas trampas.

Huelga decir que fuimos la sensación de la tarde. Todo el mundo pendiente de nosotros, sobre todo cuando la torre del Jenga se balanceaba. Tanto jóvenes como personas de la tercera edad. Se notó por las miradas, los comentarios y porque cuando la torre cayó, todo el mundo, excepto nosotros, abandonó su lugar.

Me han pillado mirando las cartas...

Helado cortesía del señor o señora que perdió diez euros.

Sin duda, un gran día.

Un  abrazo.
Muñeco y yo.

domingo, 7 de abril de 2013

Día 49. Otra de museos.

Plan para hoy: ir a Phoenix Park, alquilar una bici y recorrer el parque en bici. Para ello necesitábamos quedar temprano. Plan fallido.

Pues nada, otro día será.

Y qué mejor que llenar este vacío espiritual de reencontrarme con el sillín de la bici que con una buena compañía.

Antes de la quedada, hice una fugaz visita a una tienda de juguetes de la que me llamó la atención:

El playmóbil campestre gigante y el playmobil cartero gigante

Los playmobils campechanos gigantes.

El playmóbil agente secreto gigante


Los otros playmobils campechanos gigantes

El playmóbil cartero gigante boca abajo

Y el playmobil gigante hecho de playmobils.

Arturo hubiera disfrutado una barbaridad sólo con verlos.

Pues nada, en Temple Bar, en Market Food que quedamos con Aida y María. Jon se hizo esperar. Aprovechábamos los ratitos de sol, allí, los españoles, apiñados en torno el calorcito del Astro Rey. 

Como no teníamos presiones, ni un horario fijo ni planes para después, nos encaminamos hacia el National Museum of Ireland, Museo de Artes decorativas e Historia a paso lento, firme y seguro, disfrutando del día.

A medio camino, visitamos un pequeño parque pseudo moderno, en las inmediaciones de la destilería de Jameson. Mi gozo en un pozo. Cuando lo visité solo, el juego electrónico funcionaba, pero nos quedamos con las ganas. 



Siempre se es joven para disfrutar de una vuelta en la reolina Aquí, Jon, Muñeco y yo lo demostramos.


Aprovechamos pues para visitar las instalaciones de dicha destilería -pero sólo por las afueras.

Añade un poco de este tónico a tu café y tendrás un café irlandés.

Al gigante alambique, como los Playmobil.


Finalmente, con varias horas de retraso, llegamos a dicho museo, que como no podía ser otro modo, es de gigantescas proporciones. De entre sus numerosas exposiciones, Muñeco quiso retratarse con este renovado velero, copia del que dice tener en Puerto Marina.

Háblame del mar, marinero.

En este Museo podemos contemplar además retazos de la historia más reciente de Irlanda, de las revueltas populares tras aceptarse la libertad parcial de este país, que produjo una guerra civil. Y, como el nombre indica, diversos objetos decorativos y de colección, pasando por una ingente cantidad de monedas, entre la que destaca el Medio Penique, que en inglés es... tachán tachán el Half Penny (¿os suena?)

Decidimos continuar la visita otro día así que, junto a Alex, acabamos la tarde tomando chocolate en una cafetería del Dublín Vikingo. Un chocolate distinto, por su sabor, pero bastante rico.

Antes de tomar el bus, Alex compró bombones en una tienda del centro comercial Jervis, mientras yo compraba un pastel de chocolate para celebrar con mi host-family nuestro quinto aniversario de boda (tarta de chocolate, como nuestra tarta nupcial :d)

Encuentra las 7 diferencias

No podemos terminar sin mencionar al pobre hombre que, como no obtuvo dinero de nosotros, al menos se fue con las manos tersas y suaves...

Un abrazo.
Muñeco y yo.

sábado, 6 de abril de 2013

A mi sobrino Jesuli

Queridísimo Jesuli.

Soy tu tito. Aunque hace mucho que no me ves espero que no me hayas olvidado. Yo pienso mucho en ti. Y en tu padre. Y en tu madre.Y en tu hermano canino.  En toda nuestra familia.

Tanto Arturo como tú sois muy pequeños para comprender por qué no estoy ahí, con vosotros. Por qué un día me marché a otro país y ya no te visitaba casi a diario, ganándome el apodo cariñoso del "Pesao" o por qué no he podido compartir contigo este día tan importante.

Cuando crezcáis, veréis que la vida es dura. A veces, hay que tomar difíciles decisiones y dichas decisiones tienen beneficios y consecuencias negativas. Es indudable que la parte negativa de mi decisión es el tener que apartarme de mi familia de manera temporal (cuando veáis a Arturo, decidle que su papi volverá y que siempre tuvo, tiene y tendrá un papá) y asumí este hecho cuando decidí aceptar la beca, ya que necesito (o necesitamos) una oportunidad que me ayude a conseguir un trabajo. Por mi parte estoy haciéndolo lo mejor posible, lo que humildemente pudo. Y entonces parecía mucho más fácil y llevadero. Pero no es así. No hay momento que no piense en vosotros, cuando veo a los niños jugando con sus padres, veo a parejas felices o a la familia junta. Es complicado

También es indudable que cuando este sacrificio dé sus beneficios (espero que pronto) nada podrá hacerme volver atrás y disfrutar todos juntos de un día como el de hoy. Gracias a tus titos he podido ver cómo todos estaban más o menos sonrientes, habladores y disfrutando de un almuerzo en tu honor. Pero lo que más me ha gustado ha sido la foto familiar del final, que aunque con sus ausencias, muestra una pequeña parte de toda la gente que te queremos.

Le he prometido a tus padres que cuando vuelva celebraremos tu bautizo de nuevo con una pizza de calabacín (que les gusta mucho), pasta a mi estilo y una tarta tres chocolates (¿a quíen puede gustarle esto?). 

Y repetiros a tí, a Arturo y a todos vosotros lo mucho que os extraño, cuánto os quiero y sobre todo, que volveré.

Mil besos.

Jose.

Día 48. Crumlin.

NOTA:  Este día es un día conmemorativo. Especial. Cinco años hace que nos casamos. Cinco años ya, quién lo diría. Cómo ha pasado el tiempo. Y cómo han cambiado las cosas.

Todo, poquito a poco, se ha transformado y se ha convertido en lo que hoy son nuestras vidas actuales. El amor que te profesaba el cinco de Abril ya no es el mismo. Ha ido creciendo y madurando, y lo seguirá haciendo el resto de mi existencia. Es un amor mucho más especial que el de aquel día. Y, lo mejor que ha pasado hasta ahora tiene nombre y apellidos, Arturo. 

Espero que este sea el único aniversario que pasamos separados. 

Este día se presenta con una peculiaridad. Ante la marcha a mediodía de mi jefe y sin tareas de momento (lo que tenía pendiente de realizar lo había finalizado ya, para su sorpresa), mis compañeros me dijeron que me marchase a casa, porque no les habían informado sobre las funciones que podía desempeñar (es un eufemismo de que no sabían qué hacer conmigo) nos encaminamos hacia... habéis adivinado, el centro. 

Es que somos originales y quisimos hacer algo distinto ese día :D

En fin, una vez en el centro y sin rumbo fijo, pillamos ¡oh, sorpresa! una conexión WiFi gratuita. Y comenzamos a hablar con Jon. En un principio vendría al centro para hacer tiempo antes de volver a casa. Pero cambió de idea y me propuso visitar su barrio, que ni él ni yo lo conocíamos (Eso sí es hacer algo distinto) 

Pues nada, allí que nos encaminamos. 

Nos encontramos con Jon en un centro comercial que sí había sufrido los efectos de la crisis, el Crumlin Shopping Centre. La gran mayoría de los negocios estaban cerrados, salvando un Dunnes de comida, una tienda de licores y poco más. Como herencia, además, tienen un aparcamiento donde "no tendrás problemas para encontrar un sitio", según palabras textuales. 

En Sundrive Road, tras una breve caminata, entramos a Eamonn Ceannt Park, que Jon había visto pero no visitado. Este parque se engrosa a los ya numerosos que hay en la ciudad. Un esplendoroso verdor, característico de este país, mullido césped, pista de atletismo y unas vistas privilegiadas de...

Muñeco disfruta del día en el parque frente a Saint Paul of the Cross Mount Argus.

Durante nuestro recreativo paseo, intentamos, como siempre solucionar el mundo. Hablamos de política, iglesia y trabajo. Sobre si sería factible mudarme aquí con mi familia, los pros y los contras. (Si algún dublinés que lea esto y además tenga un trabajo disponible para mí, decirle que sí, que me mudo sin problemas. La familia también viene, pero eso es otra historia :D)

Y bueno, rodeando las casas en busca de dicha Iglesia, nos perdimos. Mi instinto me decía de tomar siempre el camino equivocado. Bueno, no siempre. Tras Mount Arcus Park se encontraba la iglesia. Yo propuse cruzar el parque, pero parecía privado y decidimos bordearlo. Para una vez que tenía yo razón y no íbamos a tener que desandar nuestros pasos, hicimos caso omiso de mis instintos. Menos mal que no nacía para GPS.

Muñeco descansa de tanto caminar sentado, de manera triunfal, frente al cartel anunciador del parque.

Este parque, mucho más pequeño que el anterior, estaba cruzado por un pequeño riachuelo, puentes incluídos...

... como véis al fondo.


Cuando por fin encontramos el camino a la iglesia, nos sorprendieron varias cosas:

1.- Tallado en la piedra, durante el camino, un pequeño altar.
2.- Sobre una cueva artificial, una blanquísima figura mariana. No sería la única, había figuras de piedra de la Crucifixión, la Piedad... Todas de un blanco nuclear en contraste con el verde paisaje... Pero muy artificial

Encontramos por fin la entrada para asistir a un funeral. Y menos mal que oímos las palabras "passed away", el segundo eufemismo del día, por lo que no entramos mucho más. No por ello visitamos los alrededores, con lo que nos encontramos:
3.- Lo que parece ser el cementerio más ordenado del mundo. La disposición de estas lápidas con cruces, perfectamente alineadas es, cuanto menos, surrealista.

Camino a la parada, aprovechamos para buscar aguja de coser e hilo, comprar algunas golosinas (bueno, las compró Jon, yo me las comí) y tomar algún refrigerio.

La vuelta a casa fue de lo más normal, para encontrarme que no funcionaba Internet. INTERNEEEEEEET.

Bueno, pudimos solucionarlo (algo tarde) y hablar con mi adorada esposa. ¡Ay, qué felicidad!

Un saludo a todos.

Muñeco y yo.

viernes, 5 de abril de 2013

Día 47. Señoras y señores, el RCSI

Estimados todos.

Llevo ya varias semanas trabajando aquí. Y vosotros, a menos que hayáis tenido la curiosidad de buscar en San Google, no tenéis ni idea de este sitio.

En el nombradísimo St Stephen's Green se encuentra la "sede central". Yo trabajo en el departamento de Patología, en el edificio Smurfit, que se encuentra en el hospital Beaumont. Es un centro de investigación y de enseñanza para cirujanos.

De ahí su nombre, RCSI, Royal College of Surgeons in Ireland, Real Colegio de Cirujanos de Irlanda.

¿Qué se hace en el laboratorio del Departamento? Copio y pego la información:

El laboratorio actualmente ofrece el análisis molecular, tales como el análisis FISH HER2 en el cáncer de mama y el análisis de la mutación KRAS con cáncer colorrectal y otros tumores. El enfoque actual es ampliar esta actividad para incluir el análisis de mutaciones del EGFR y otros marcadores de importancia clínica en cáncer de mama y colorrectal.

A mí también me sonaba a chino. Ahora ya no tanto. La técnica FISH HER 2 se utiliza en pacientes con cáncer de mama para aplicar un tratamiento u otro, en función de si el resultado del test es amplificado o no amplificado (no positivo o negativo). Ya he tenido que realizar estadísticas de las personas que han recibido el training previo a su ingreso en el departamento (o como parte de su educación) y, a partir de los resultados y mi curiosidad científica, he podido averiguar de qué trata esta técnica.

Bueno, esto no es lo único que hago. Pero eso es harina de otro costal.


Muñeco ante el Smurfit Building

Aún recuerdo que me dijeron que en el tercer piso había una cocina para mis descansos. Creí no haber entendido bien, pues el edificio es de dos plantas. Pero sí, habia entendido bien. Aquí tenéis la cocina:

Muñeco hambriento me dijo que me dejara de fotos y que nos pusiéramos a comer ya.

Microondas, sandwichera, tostadora, frigorífico, lavavajillas e incluso un calentador de agua para el té o el café instantáneo componen la cocina.



Y ese bote metálico del fondo, bajo el aparato blanco, es el café instantáneo que tomamos, si nuestro estómago se encuentra en óptimas condiciones.

Casi se me olvida comentar que tardo veinte minutos en autobús en llegar, y esto aquí es una gran ventaja. Eso sí, la parada está a diez minutos andando de casa. Mientras no llueva no hay problema, pero en caso contrario ¡es un fastidio!

Hay más cosas que contar de este nuevo trabajo. Experiencias con las tortas de manteca, comida con los compañeros... Pero eso será en otra entrada.

Un saludo.
Muñeco y yo.



jueves, 4 de abril de 2013

Día 46. Los puentes de Dublín (III)

¡Ay, el solecito! Un día soleado es, para nosotros, un día estupendo para hacer algo distinto.

Por ello, después del trabajo y un rato antes de la hora habitual, nos encaminamos al centro, a preguntar en un par de Academias los cursos del First.

El paseo nos llevó a la parte noroeste de la ciudad, lo que nos permitió conocer más puentes de Dublín y de ello hablaremos hoy.

El puente de O'Donovan Rosse fue el sustituto de un puente de madera que la corriente arrastró en una tormenta en 1802.  Se encuentra justo delante de "Four courts". En un principio, el nombre de este puente era Richmond Bridge, pero se cambió en 1923 por el actual en honor a Jeremiah O'Donovan Rossa, un líder republicano.

Muñeco ante O'Donovan Rossa Bridge


Father Mathew Bridge une Merchants Quay con Church Street. Originalmente, el único puente que cruzaba el río Liffey hasta 1674.  El actual puente fue inaugurado en 1818. Después de la independencia de Irlanda, se llamó Dublin Bridge, aunque luego más tarde, en 1938, fue nombrado como se conoce actualmente, tomando su nombre de un defensor de la abstinencia.

Muñeco ante Father Mathew Bridge.



Muñeco ante James Joyce Bridge.

Nos encontramos con otro puente del español Santiago Calatrava, al que ya hicimos alusión en la entrada de puentes anteriores. Este puente fue inaugurado en Junio de 2003, en el Bloomsday, día conmemorativo de Honor Bloom, personaje de la novela de Ulises de J. Joyce.


Liam Mellows Bridge es el puente más antiguo de la ciudad, construido en 1768. Une Queen Street y Arran Quay. También se conoce como Bridewell Bridge, por su proximidad a Smithfield Bridewell. Al igual que otros puentes de la ciudad, ha sido conocido localmente con varios nombres: el puente de la reina, Puente de la Calle de la Reina, Queen Maeve y MellowEs Bridge (con una E) .


De regreso a nuestra parada de autobús, y ante nuestra fracasada búsqueda, descubrimos un pequeño parque de aspecto moderno donde Muñeco disfrutó como un niño... y yo capté el momento.
Muñeco jugando en la reolina.

Y, acordándome de un comentario de mi hermano, aunque no es muy usual, el cielo estaba tremendamente azul. Podéis buscar y comparar la foto anterior del Spire con la actual. (No tan azul y tan bello como los ojos de mi mujer, pero hermoso, sí señor)

Un magnífico día, sin duda

miércoles, 3 de abril de 2013

Día 45. A la buena peluquería.

¿Habéis visto el anuncio de los pelochos?

Siempre pensé que están inspirados en mí. Y es que mi cabeza con el pelo "largo" es muy peculiar. Para poder peinarla necesito meterme debajo de la ducha. Pero no es suficiente con que meta la cabeza. Tengo que estar un buen rato porque mi pelo parece hidrófobo y el agua no entra a capas más profundas de mi cuero cabelludo.

Esto hay que añadirlo al hecho de que en los habituales días de viento y lluvia, se me encrespa más el pelo si cabe. Todo esto llega hasta tal punto que cuando decido hacer uso de la gomina -cosa que no me gusta mucho- todos me preguntan que cuándo me pelé. No me he pelado. Es mi pelo "aplacado"

Y ni que decir tiene que casi todo el mundo me aconseja ya un buen pelado. En Inglés y en español.

Conociendo las consecuencias de mis pelados, esperé a última hora de la tarde para ir. Así que antes, en el centro, me tomé...

... sí, habéis adivinado. Un chocolate calentito. Justo enfrente del Trinity College, en una cafetería cuyo nombre no recuerdo, pero de las de antaño, de madera por fuera y una peculiar manera de realizar un pedido.

Había que pedir y pagar en caja y luego el camarero nos buscaba donde estábamos sentados y nos traía el pedido. Ni que decir tiene que tuvimos que buscar sitio en el sótano y aún no tenemos ni idea de cómo nos encontró. Quizá porque Muñeco es muy llamativo.

Con el chocolate, ponían un pequeño aperitivo dulce. No, Muñeco no es, es el trozo de brownie casero y delicioso que hay al lado de la taza.

Luego nos dirigimos a buscar una peluquería. Buscábamos un lugar cuyo precio fuese aceptable y "seguro". En la calle del mercado negro hay varias peluquerías, pero no dan a la calle, estaban al fondo de un pasillo y no nos sentíamos realmente seguros. El precio, 5 euros. Cruzamos O'Connell Street de nuevo y encontramos una peluquería con una interesante oferta: pelado en seco a caballeros a 7 €, pero sólo los lunes, martes y miércoles. Aprovechando tal circunstancia, allí que fuimos. Era amplia, y con muchos clientes (mi hermano Jesús usa un truco similar para los restaurantes)

Corte  de pelo con maquinilla por abajo y a tijera por arriba. Un buen rato para pelar esta enoorme cabeza y un montón de pelo negro y rizado por el suelo. Muy bien todo y muy curioso el hecho de que usaban un secador de pelo para retirar el vello que había caído por mi cara.

De modo que así de fresquito encaramos estos días... No tardaríamos en arrepentirnos, pero eso es ya otra historia.

Un abrazo.